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    • BARTOLOMÉ CAÑETE CERRILLO
      Nació en Córdoba en 1926. Comenzó su actividad política con 14 años aunque el germen político lo descubrió en “ La Escuela Obrera”, fundada por Luis Vaquero.
      Su padre falleció al estallar la guerra y se convierte en el cabeza de familia, subsistiendo de su trabajo en el campo y de la escoria que recogía en la estación de ferrocarril.
      Con 24 años (1950) emigra a América del Sur, trabajando en un transatlántico cargando cajas. Vivió en varios países, Perú, Chile y Argentina, desde donde mantuvo el contacto con compañeros españoles. Es en Lima (Perú) donde más tiempo vive y colabora con el sector social: la educación profesional o laboral y la autoestima de los más desfavorecidos. Aquí conoció y se entrevistó con el “Che Guevara” y el escritor Siro Alegría en las distintas reuniones políticas que mantenían en Lima.
      En uno de sus viajes a Buenos Aires también conoció a Santiago Carrillo y se relacionó con gente muy preparada intelectualmente. Más tarde montó un bar donde seguía celebrando sus reuniones políticas de izquierdas.
      Regresa a España en 1974, con la decadencia del régimen franquista.

Mª JOSEFA CÓRDOBA TORRALBO
Nació en Cañete de las Torres, el 3 de enero de 1932. Cuando estallo la guerra su padre, Francisco Camilo Córdoba Ucler, que era teniente de la milicia decidió que debía trasladarlos a Bailen, los tres años que duró la guerra. Él marchó al frente, estuvo en Bailen y Cuatro Caminos. Cuando terminó la guerra huyó a la sierra de Marmolejo donde murió en 1941 y está enterrado.
Tras la guerra volvieron a Cañete, y fueron acogidos en casa de su tía Eugenia. Josefa con tan solo siete años se puso a trabajar, cuidando niños, para ayudar a su madre, que trabajaba lavando para la Guardia Civil, y sacar la familia adelante.

RAFAEL GARCÍA MARÍN
Nació en Nueva Carteya en 1917, trasladándose a vivir a Castro del Río, en el año 1946. Se alistó voluntario con 20 años y marchó al frente con la Brigada 88, llegando a ser suboficial. Combatió en el frente de Pozoblanco, Hinojosa del Duque, Dos Torres, Bélmez y alrededores Cuando terminó la guerra estuvo dos años en el campo de concentración de Manzanares; más tarde lo enviaron a Tarifa, a un campo de concentración de monjas, donde estuvo cuidando enfermos.
Cuando lo licenciaron volvió a Nueva Carteya, donde sufrió la represión de la posguerra, y de aquí a Castro trabajando en un bar y en el campo. En 1960 fue detenido, por mantener correspondencia con los exiliados en Francia, y encarcelado en la prisión de Córdoba durante 6 meses. Lo dejaron en libertad sin juicio.

JOSE HIDALGO ROJAS
Nació en Constantina en 1923. Cuando estalló la guerra huyo junto con su familia por la carretera de Cazalla camino de La Granja de Torre Hermosa, llegaron a Pozoblanco y Villanueva de Córdoba, donde junto con su hermano estuvieron haciendo trincheras para el ejercito republicano, esperando a las fuerzas del teniente coronel Pérez Salas que venían de Valdepeñas. Terminada las trincheras su hermano marchó al frente de Teruel y él se enrolo en las Brigadas Civiles de Socorrismo, pasando posteriormente al frente de Peñarroya, al de Pozoblanco y Villanueva de Córdoba, tenía 18 años.
Al finalizar la guerra vuelve con su madre a Constantina y es detenido y retenido en el Ayuntamiento, siendo liberado por mediación de un familiar. A su hermano lo mandaron a un batallón de trabajo en África, donde estuvo casi tres años. A su padre, que fue concejal durante la República, lo detuvieron nada más llegar al pueblo y estuvo preso seis meses, hasta que lo enviaron a Sevilla donde fue juzgado y condenado a pena de muerte, murió antes de ser ejecutado en 1941.
José trabajo en el cementerio echando remiendos y ayudando a los familiares de aquellos a quienes mataban.

PEDRO JIMÉNEZ GIL
Natural de Castro del Río, de profesión agricultor nació en 1916, eran siete hermanos y su familia vivían de la agricultura. Se afilió a la CNT con 14 años e ingresó en las juventudes libertarias. Cuando estalló la guerra tenía 20 años y estaba trabajando en el campo.
Se marchó a Manzanares a luchar con la columna Manzanares-Extremadura contra los moros de Franco, perteneció a la 88 Brigada, luchando en los frentes de Pozoblanco, Hinojosa del Duque, Peñarroya, Pueblo Nuevo, Alcaracejos, manteniendo sus últimos combates en Cabeza del Buey. Al terminar la guerra marcha hacia Alicante para embarcar a Méjico, siendo detenido y enviado al campo de concentración de Albacea en Alicante durante ocho meses. De aquí lo mandaron primero a Lérida, Zaragoza, Madrid, Córdoba y por último a Castro donde a los dos meses fue condenado a pena de muerte. Después de ocho meses le trasladan a Córdoba donde paso unas semanas y posteriormente lo mandan a la cárcel de Burgos, donde permanece un año. Cuando lo ponen en libertad vuelve al pueblo pero inmediatamente es enviado a un batallón de trabajo a Zaragoza y a Tarragona, durante ocho meses. Más tarde fue enviado a Logroño al campo de aviación para trabajar arreglando las pistas. Pasó unos cuantos de años en estos batallones hasta que fue puesto en libertad y volvió a Castro del Río.
Trabajo en el matadero y en cortijos. Durante la posguerra sirvió de correo para traer la correspondencia que pasaban los maquis de Francia (prensa y folletos)desde Córdoba de Castro del Río, Espejo, Nueva Carteya y Baena, siendo nuevamente detenido y retenido durante seis meses en la cárcel de Córdoba. Trabajo en la clandestinidad hasta la transición.

JOSE MILLAN DÍAZ
Natural de Castro del Río, nació el 28 de febrero de 1929, contaba siete años cuando estalló la guerra y huyó de la mano de su madre y hermana en dirección a Valencia y de ahí a Castellón, Teruel y luego a Úbeda.
Al terminar la guerra vuelven a Castro y su primer recuerdo en una montaña de cadáveres quemados a la entrada del pueblo.
En la posguerra, ya con nueve años, se puso a trabajar para poder comer. Presenció fusilamientos, y pasó el hambre y las penurias de esta época. A los 15 años consiguió un trabajo acarreando agua y más tarde entró a trabajar en la cocina económica de Castro.
A su hermano Lázaro lo juzgaron y condenaron a muerte en Castro, de aquí lo llevaron preso a Burgos y más tarde a Córdoba donde le revisaron la condena conmutándole la pena de muerte por trabajos en el Canal de Sevilla.

ALONSO MACIAS DE LA CORTE
Natural de Cerro Aldeba (Huelva), nació el 14 de octubre de 1916. Con 14 años se traslada a Córdoba y empieza a trabajar en un establecimiento de comestibles. Perteneció a las juventudes socialistas desde 1933.
Cuando estalló la guerra, estaba en Córdoba y tenía 20 años. Se marchó a la zona republicana el 12 de septiembre de 1936 y cuando llegó a Madrid se alisto en un batallón demócrata federal mandado por Benjamín Valero. Más tarde se incorpora al 157 batallón de la brigada 40 mixta, 7ª división,2º cuerpo del ejército, para salir al frente del Parque del Oeste, Ciudad Universitaria, La cuesta de la Perdices ( Caravaca), donde estuvo hasta el 10 de enero de 1939.
En abril del 39 marcho a Valencia, al puerto de Alicante, junto a otros compañeros, para embarcar hacia Méjico en el barco “Canarias”, pero fue detenido y enviado al campo de concentración de los Almendros y de allí paso al castillo de Santa Bárbara, en la playa de Alicante, donde estuvo hasta septiembre que lo trasladaron a Córdoba, desde donde fue enviado al 5º batallón disciplinario de trabajo de Melilla. Más tarde lo pasaron al 50 batallón de Artillería de Melilla, donde ejerció de apuntador haciendo el servicio militar.
En el año 43 vuelve a Córdoba trabajando de peón albañil y más tarde se coloca en la Electromecánica, en la cual ha estado hasta que se jubiló. En 1975 volvió al partido socialista, del cual ha sido un gran colaborador, luchando y trabajando para defender sus ideas y la democracia.

ANDRÉS PRIEGO OJEDA
Andrés Priego Ojeda, natural de Doña Mencia, nació el 17 de abril de 1917, hijo de Julián Priego Contreras y de Francisca Ojeda Moreno y fue trabajador del campo.
Desde muy joven, con diez años, se afilió al partido comunista, conocido entonces como “Los Pianeros Rojos”, y luego pasó a las Juventudes Socialistas Unificadas.
Cuando estalló la guerra, estaba trabajando con su padre en Fernán Núñez, y se fueron a Nueva Carteya, donde quisieron aprisionarlos.
El 29 de julio partió hacia Jaén e ingresó en el Regimiento de Milicias de Jaén, Primer Batallón, Cuarta Compañía de Linares.
Durante la guerra estuvo en el frente de Castellón y en el de Lérida. Luego estuvo en las islas ce Carnesei, en Larráz (Francia), y en Marsella. El Partido Comunista le comunicó que se tenía que ir al Maqui Español, y entró en España el 14 de febrero de 1944. Estuvo encarcelado seis meses en la cárcel modelo de Barcelona.
Al finalizar la guerra estuvo dos años trabajando como albañil en Sevilla, se casó, y comenzó a trabajar en una portería en la que ha estado durante 30 años.

FRANCISCO MONTES NAVAS
Trabajador del campo nacido en Doña Mencia en 1908. Se casó al finalizar la Guerra, puesto que el estallido de la misma retraso sus planes de boda, prevista para ese mismo año. Su familia lo llama Antonio, pero al entrar en la quinta descubre que el nombre que figura en los papeles del Juzgado es Francisco.
Al declararse la guerra se fue a Úbeda, se alistó en el cuarto escuadrón de Caballería, y tras un mes de instrucción, partió para Ciudad Real y posteriormente a Guadalajara, donde servía como enlace. Estuvo en el frente del río Tajo, del que recuerda el horror de las bombas y las tropas italianas.
Al finalizar la Guerra estuvo en dos campos de concentración: un mes en el de Alcalá de Henarés y cinco meses en el de San Roque en el que estuvo trabajando como barbero. En este último campo de concentración pasó muchas penurias y hambre.
Desde que regresó a Doña Mencia, estuvo trabajando como agricultor hasta que se jubiló.

GABRIEL PORRAS CABALLERO
Gabriel Porras, natural de Rute, nació el 15 de noviembre de 1919.
Al estallar la guerra, estaba en Albendín, y se fue para Rute con su familia, horrorizado por los enfrentamiento ocurridos en Baena. Desde allí se marcho con un compañero hacia Alcaudete, a la laguna Salobrá, porque quería estar en la zona republicana. En el camino fueron tiroteados, con la suerte de no ser heridos, y fueron acogidos por un grupo de milicianos. Como eran muy jóvenes los enviaron al Comité de Alcaudete donde estuvieron trabajando una semana, hasta que ingresaron en la milicia de Jaén, en la 92 Brigada Mixta, 368 Batallón, 4ª compañía. Pasó de Arjonilla a Carcagente, y luego a Teruel, conquistarón Belchite y Quinto y continuaron hacia Zaragoza, donde hubo una gran resistencia por parte de los nacionales. Luchó en Nure hasta que tomaron Barcelona, y entonces fue enviado a la Sierra de Espadá. Estando allí terminó la guerra, y se fue con uno de sus cabos, Ramón Fustes, a Algenesí, un pueblo de Valencia.
Luego ya regreso a Rute, y estuvo en un batallón de trabajado en Chelta durante tres años.
De la Posguerra, recuerda el hambre y el miedo. Por eso se fue a Madrid, en busca de trabajo para poder comer y vivir, ya que en Rute no encontraba trabajo por haber sido republicano.
Allí en Madrid comenzó a trabajar en la obra e ingreso en la clandestinidad. Luego trabajo en la Austing Company, donde se jubiló como capataz de obra. Durante el franquismo militó en el partido comunista, pero actualmente lo hace el partido socialista.

JUAN TORRALBA LARA
Juan Torralba Lara, nació el 31 de enero de 1921, en Cañete de las Torres, y tenía seis hermanos.
Al estalla la guerra, tenía catorce años, y se fue con su familia para Torre del Campo. Con dieciséis años lo enviaron al frente de Alcalá la Real, en la 166 Brigada Mixta, Primer Batallón, Primera Compañía. Estuvo en la trincheras, y ayudaba a los “niños de la noche” a pasar las fronteras, para que cumplieran sus cometidos. En la guerra, murió uno de sus hermanos, que era dos años mayor que él.
Al finalizar la guerra, lo enviaron a un campo de concentración de Torremolinos durante dos meses y luego pasó a otro en Málaga donde estuvo veinte días, de pudo sacarlo su padre gracias a la ayuda de unos familiares.
Durante la Posguerra, pasó mucha hambre, y los cartones que usaban para la compra.

RAFAEL MORALES ESPEJO
Rafael Morales Espejo, natural de Azuel, nacido el 23 de septiembre de 1927, y de profesión carabinero.
Solicitó voluntariamente entrar a formar parte del cuerpo de carabineros de Valencia, y pasó tres meses de instrucción en Almurriana (Castellón).
Paso la guerra en Madrid, en el 34 Batallón de Carabineros 152 Brigadas Primera Compañía, prestando servicios en el Ministerio de Gobernación, en el Palacio de Comunicaciones y haciendo vigilancia nocturna por las calles, de las que recuerda la oscuridad, puesto que no encendían la luz, y el consecuente peligro. Para él la guerra no fue mala, ya que “dormía en una buena cama, comía bastante bien, tenía dinero porque me pagaban un sueldo bastante bueno, y era joven. Lo malo fue cuando termino la guerra.”
Regreso, junto con un compañero de Villanueva de Córdoba, andando desde Madrid a Puertollano, donde tomó un tren hacia Conquista, e hizo el viaje escondido bajo la lona de un cañón. Tardó en hacer el camino hasta Azuel, unos 300 km., tres días. De allí lo llevaron a un campo de concentración en Los Blazquez, en el que estuvo un mes y cuarenta días, sobreviviendo con apenas comida que tenía que compartir con otro compañero.
Posteriormente lo llevaron al campo de concentración de Valsequillo, y allí pasó cuatro meses. Luego estuvo preso en Cardeña durante tres meses. Pasado este tiempo lo enviaron al batallón nº 27 de trabajadores de El Camorro, Tarifa y donde estuvo, trabajando muchísimo durante dos años, hasta los 24 años. Entonces fue trasladado al Castillo de San Sebastián, en Cádiz, en el que pasó tres meses, y luego lo llevaron a un pinar cercano a Rota, donde estuvo seis meses, hasta que lo destinaron a Artillería de Costa durante siete u ocho meses.
Pasado este tiempo le dieron unos días de permiso, para visitar a su familia, y entonces conoció a la que posteriormente sería su mujer, con la que mantuvo un noviazgo de cinco años, hasta que se casó ya con 30 años. Con ella, ha tenido una hija.
En su familia no sólo él sufrió la privación de libertad, sino también su hermana quién finalmente se fue a Madrid.
Rafael estuvo afiliado a las Juventudes Socialistas Unificadas, hecho que una ocasión le supuso un problema, pues al ser carabinero no podía pertenecer a ningún partido político.
Siempre ha tenido una gran pasión por la lectura, ya fueran periódicos de izquierdas o de derechas, para él la cuestión era estar informado de todo lo que sucedía. Por eso, también escuchaba, en la clandestinidad, Radio España Independiente, estación pirenaica, o Radio Andorra.
De la posguerra recuerda la desolación y la pobreza de España, las cartilla de racionamiento, el hambre y la falta de trabajo.

RAFAEL MORENO SALAZAR
Rafael Moreno Salazar, hijo de Antonio y de Emilia, nacido en Bujalance, el 12 de diciembre de 1923 y de profesión agente de seguros. Vivía, junto a sus padres, en la fábrica de aceite de los Porras, de la que su padre era el portero. Al estallar la guerra, conoció a los hermanos Rodríguez, los “Jubiles”, que eran perseguidos, y a los que refugiaron en su casa por la amistad que guardaban con su familia. Por eso, fue su enlace y se tuvo que ir con ellos.
Al estallar la guerra tenía doce años y tuvo que irse con su familia a Bailén, donde pasó todas las calamidades de una guerra. Desde pequeño ha estado muy relacionado en las ideas de la CNT, ya que su padre era afiliado y lo llevaba a ver las obras de teatro que se representaban.
Al finalizar la guerra, regresaron a su pueblo, pero sus casas ya habían sido ocupadas por vecinos de Morón de la Frontera, por lo que tuvo que vivir a la intemperie bastante tiempo hasta que las cosas mejoraron, y una vez desalojados su hogar, pudieron volver a entrar.
Su familia sufrió duramente la privación de libertad, ya que su hermano estuvo quince años en la cárcel de Burgos, su madre estuvo cinco años y su padre también, por lo que él tuvo que hacerse cargo del cuidado de los hermanos más pequeños.
Una vez finalizada la guerra, sirvió de enlace durante tres o cuatro años a los maquis que había por aquella zona. Le llevaba la prensa, medicamentos y lo que necesitarán. En cierta ocasión, llevó a la madre de uno de ellos, para que viera a su hijo, y a llegar al pueblo, registraron a la mujer, y ésta declaró que Rafael la había llevado a ver a su hijo. Por este motivo, Rafael paso seis meses en un convento de monjas, ya que al ser menor de edad, no podía ir a la cárcel. Después se incorporó al grupo, y estuvo con ellos hasta el 6 de enero de 1943. El grupo logró sobrevivir pasando desapercibido, y subsistiendo gracias a la caza de animales de campo, hasta que fue traicionado y aprisionado, debido a una explosión, por la Guardia Civil.
Pasó un tiempo en la cárcel, hasta que logró escapar disfrazado de fontanero, con la ayuda de unos amigos, y desde entonces estuvo trabajando en una compañía de seguros durante 40 ó 50 años, bajo un nombre falso, el de Antonio Pérez Sánchez. En fin, reconoce que para sobrevivir ha tenido una vida de perseguido y mentiras, siempre con mucha picardía.
Volvió a recuperar su identidad, con la llegada de la democracia, y gracias a la ayuda del Gobernador de Cuenca y de Virgilio Zapatero, rector de Universidad de Alcalá de Henarés, ambos amigos suyos.
Para él la libertad no se mendiga ni se conquista, la libertad hay que conquistarla con sacrificio y luchando. Y si no lucháis a diario, vosotros las juventudes creéis que todo ha venido hecho y nada viene hecho, hubo que pasar por una guerra civil en España donde hubo 1.000.000 de muertos y muchas calamidades y mucha hambre para que hoy gozarais de lo que estáis gozando. Que el bienestar familiar del que disfrutan no ha venido solo, éste ha costado mucha sangre, sudor y lágrimas.

RAFAEL ORTIZ TRENAS
Rafael Ortiz Trenas, nacido en Espejo en 1920, en una familia de cinco hermanos y trabajó en una gasolinera de La Reina, en Santa Cruz. Con 14 años se afilió a las Juventudes de UGT y pertenece al partido socialista, siendo quien lo organizó en Espejo en los años 70, junto a otros compañeros.
Al estallar la guerra, tuvo que irse con su familia a Jaén, a Sierra Segura, y de allí a Albacete, y de nuevo a Úbeda. Ya en Úbeda, se apuntó al cuerpo de carabineros y se fue a Valencia. Perteneció a la Quinta Brigada Mixta, a la 17 Batallón Compañía Ametralladora, Tercer Cuerpo del Ejército del Centro.
Al finalizar la guerra, volvió a Úbeda junto a su familia que se había quedado allí, y regreso a Espejo el 8 de abril de 1939.
De la Posguerra recuerda el hambre, el estraperlo y las reuniones clandestinas de los partidos políticos. Desde entonces, no ha dejado de luchar por sus ideales políticos y sindicalistas.
Para Rafael “la persona se tiene que formar para ser libre, para saber lo que hace, lo que expresa y hasta dónde puede llegar”.

RAFAEL PEDRAJAS RODRÍGUEZ
Rafael Pedrajas Sánchez, nacido el 2 de febrero de 1915, natural de Alcaracejos y de profesión jefe de ventas.
Durante la República, en 1929, cuando tenía 14 años, estuvo trabajando como mancebo en una farmacia. Antes de comenzar la guerra trabajó durante ocho años consecutivos como meritorio en la Secretaría del Ayuntamiento.
En 1937 se incorporó al ejército en Guadalajara y estuvo en transmisiones. Luego solicitó plaza en Madrid, donde ejerció como telegrafista tras aprobar los exámenes de ingreso. Este puesto era muy peligroso, pues si la antera que llevaba Rafael era localizada por el servicio de aviación era bombardeada. En uno de estos bombardeos fue herido en un brazo.
También estuvo unos cuarenta días con “los hijos de la noche”, un grupo de guerrilleros, cuya misión era cortar las comunicaciones, ferrocarriles en la zona de Franco, con dinamita, por lo que tenían que hacerlo por la noche.
Al finalizar la guerra, estuvo en un campo de concentración de Vallecas. Luego regresó a su pueblo, y de allí lo llevaron a una batallón de trabajadores en La Granjuela.
En 1946 volvió a prisión por participar en una conspiración fallida contra Franco.
Después, hasta que se jubiló, estuvo trabajando como jefe de ventas en una mina y en una aseguradora.